El contrato emocional se define como una serie de expectativas no escritas que operan entre cada persona y su empresa. Estas expectativas conciernen normalmente a aspectos intangibles, psicológicos/emocionales, tales como confianza, seguridad, entendimiento, ...
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La ruptura de estos contratos se traduce en un deterioro de la confianza, produce insatisfacción en el trabajo y lleva en ocasiones al abandono del empleo.
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La creación de esta clase de vínculos requiere de la organización una nueva competencia que acompañe a la gestión del conocimiento: la gestión emocional de su "público interno".
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