
Muchas empresas, a la hora de llevar a cabo transformaciones importantes piensan en los incentivos económicos que daran a los directivos y así motivar la transformación.
Los estudiosos señalan que estos incentivos no resultan, en la mayoría de casos, determinantes. De hecho, en muchas empresas lo que se paga a las personas encargadas de realizar importantes transformaciones empresariales es menor de lo que se paga a otros compañeros que trabajan en empresas menos importantes.
Las investigaciones apuntan a que los incentivos no transforman en buenos los comportamientos de la persona errónea. Su función debería ser incentivar a los profesionales adecuados para que permanezcan en las empresas.
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